La joya más codiciada de Tiffany & Co.: el legendario diamante amarillo

En el universo del lujo absoluto, hay una piedra que brilla por encima de todas: el Tiffany Diamond, un espectacular diamante amarillo de 128,54 quilates, considerado la joya más icónica y codiciada de la historia de la casa Tiffany & Co.. Descubierto en 1877 en las minas de Kimberley, Sudáfrica, este diamante fue adquirido al año siguiente por Charles Lewis Tiffany, fundador de la marca, consolidando así su estatus como “el rey de los diamantes”.

Tallado en un exclusivo corte cojín con 82 facetas —24 más que el corte brillante tradicional—, el Tiffany Diamond deslumbra por su color amarillo intenso, claridad perfecta y presencia imponente. Es tan valioso y simbólico para la casa que jamás ha sido vendido: pertenece a la colección privada de Tiffany y se exhibe en su tienda insignia de la Quinta Avenida de Nueva York como una obra de arte.

A lo largo de más de 140 años, solo cuatro mujeres privilegiadas han tenido el honor de llevar esta joya. La primera fue la socialité Mary Whitehouse en 1957 para un baile exclusivo; luego, la inolvidable Audrey Hepburn, quien lo usó durante la promoción de Breakfast at Tiffany’s en 1961, con un montaje diferente al actual. Más recientemente, Lady Gaga lo lució en la alfombra roja de los Premios Óscar en 2019, marcando la primera vez que el diamante fue llevado en un evento público en casi seis décadas. Y en 2021, Beyoncé se convirtió en la primera mujer negra en usarlo, como parte de una histórica campaña de la marca junto a Jay-Z.

El montaje actual de la joya, diseñado por el equipo de Tiffany & Co., incluye un collar de platino con diamantes blancos que rodean la piedra central, elevando aún más su espectacularidad. Se estima que su valor podría superar los 30 millones de dólares, aunque, como pieza no disponible a la venta, su precio es simplemente incalculable.

Más allá de su tamaño y rareza, el Tiffany Diamond simboliza la historia, el arte y la tradición de la alta joyería estadounidense. Es un ícono cultural y un emblema de exclusividad que sigue haciendo soñar al mundo entero. En una industria donde muchas joyas van y vienen, esta piedra permanece única, intocable y eterna.