El Celler de Can Roca: tradición, vanguardia y tres estrellas Michelin en Girona

En una tranquila calle de Girona, al noreste de Cataluña, se encuentra un templo gastronómico que ha conquistado al mundo sin renunciar a sus raíces. El Celler de Can Roca, fundado por los hermanos Joan, Josep y Jordi Roca, es mucho más que un restaurante de tres estrellas Michelin: es una celebración de la memoria, la creatividad y la excelencia en su forma más pura.

Tres hermanos, una sola visión

El éxito de El Celler de Can Roca no se explica sin entender la conexión íntima entre sus creadores. Joan, el chef ejecutivo, es el arquitecto del sabor. Josep, el sumiller, es el poeta del vino. Jordi, el pastelero, es un alquimista dulce que rompe esquemas con cada postre. Juntos, forman un trío complementario que ha revolucionado la alta cocina desde una perspectiva familiar y profundamente humana.

El restaurante nació en 1986 junto al bar de sus padres, y desde entonces ha sido un proyecto en evolución constante. En 2007, se mudaron a una nueva sede diseñada a medida: moderna, luminosa y rodeada de un jardín interior que transmite serenidad. Todo allí está pensado para crear una experiencia multisensorial inolvidable.

Cocina emocional con raíces catalanas

La propuesta culinaria de Joan Roca parte de la cocina tradicional catalana, pero no se detiene en la nostalgia. Cada plato es una reinterpretación poética, con técnicas modernas y una puesta en escena delicada y sorprendente. Sus menús degustación, que varían con las estaciones, son un viaje a través del tiempo, los recuerdos y el territorio.

Entre sus creaciones más emblemáticas se encuentran el “Parfum de Carme” (inspirado en el perfume de su madre), el “Mundo dulce” de Jordi o el “Paisaje de primavera”, un plato que reproduce un paisaje comestible. La estética, el sabor y la emoción se fusionan en cada presentación.

Vinos que cuentan historias

El trabajo de Josep Roca como sumiller ha sido clave para consolidar la identidad del restaurante. Su bodega es considerada una de las más completas del mundo, con más de 60.000 botellas de diferentes regiones y años. Pero más allá de la cantidad, lo que destaca es la filosofía que hay detrás: cada vino es seleccionado por su capacidad de contar una historia, de resonar con un plato o un recuerdo.

Las armonías que propone no son meras combinaciones: son diálogos entre la tierra, el tiempo y la cocina, una danza sensorial que eleva la experiencia del comensal.

Postres que desafían la lógica

Jordi Roca, galardonado como el mejor pastelero del mundo, ha llevado la repostería a un nuevo nivel. Su estilo irreverente, técnico y lúdico lo ha convertido en un referente global. Postres como “Anarkia”, “Viaje a La Habana” o “The Lemon Cloud” demuestran su capacidad para transformar sabores en emociones, y recuerdos en obras comestibles.

Su trabajo no solo cierra el menú con broche de oro: lo eleva, lo desconcierta y lo completa con un guiño genial.

Reconocimientos y legado

El Celler de Can Roca ha sido reconocido en múltiples ocasiones como uno de los mejores restaurantes del mundo. En 2013 y 2015 ocupó el primer puesto en The World’s 50 Best Restaurants, y mantiene desde hace más de una década sus tres estrellas Michelin.

Pero más allá de los premios, lo que verdaderamente distingue a este lugar es su capacidad de emocionar. Los hermanos Roca han construido un restaurante donde la técnica convive con la humildad, y donde el lujo se expresa a través del cuidado, la pasión y la memoria.

Más allá del restaurante: formación, sostenibilidad y creatividad

Comprometidos con la transmisión del conocimiento, los Roca han creado espacios de formación como la Fundación Alicia, donde investigan sobre nutrición, sostenibilidad y creatividad gastronómica. También han liderado proyectos itinerantes como “El Celler de Can Roca World Tour”, llevando su cocina a distintas partes del mundo sin perder su esencia.

Desde Girona, su influencia ha traspasado fronteras, y hoy inspiran a una nueva generación de cocineros que buscan combinar identidad local con ambición global.

Una experiencia que trasciende el plato

Cenar en El Celler de Can Roca es mucho más que una comida. Es una vivencia personal, íntima y artística, donde cada detalle está pensado para tocar los sentidos y el corazón. Los aromas, las texturas, los sonidos y las emociones forman parte de un relato que se construye en tiempo real y queda grabado en la memoria.

Para muchos, este restaurante no solo representa la cima de la alta cocina, sino también un modelo de cómo la tradición, la familia y la creatividad pueden convivir en perfecta armonía. En un mundo acelerado, El Celler de Can Roca sigue siendo un lugar donde el tiempo se detiene y el sabor se transforma en arte.