Aman Venice: lujo, historia y privacidad en una joya veneciana del siglo XVI

Cuando se habla de exclusividad, privacidad y estética impecable, el Aman Venice aparece como uno de los nombres más fuertes en la hotelería de lujo mundial. Este hotel no es simplemente una opción de alojamiento: es una experiencia inmersiva dentro de un palacio del siglo XVI, restaurado con una devoción casi religiosa por el arte, la historia y el detalle.

Ubicado sobre el mítico Gran Canal de Venecia, el Aman se levanta dentro del Palazzo Papadopoli, una residencia aristocrática que ha sabido conservar su esencia original sin renunciar al confort moderno. Desde los frescos del siglo XVIII pintados a mano hasta las chimeneas de mármol, techos altísimos y ventanales que dan a jardines privados (algo casi imposible de encontrar en la ciudad), todo en este lugar habla de otro nivel de lujo. Un lujo que no es ostentoso, sino sereno, sobrio y perfectamente cuidado.

El hotel cuenta con solo 24 suites. Esto no es casual: la exclusividad es parte del ADN de la experiencia Aman. Cada suite está decorada con una mezcla de muebles antiguos, materiales nobles y una paleta de colores que va del blanco al champagne, generando una atmósfera de paz total. Los precios por noche comienzan en los $1.600, pero pueden ascender fácilmente dependiendo de la temporada y la habitación elegida. Y por supuesto, hay huéspedes que optan por alquilar el palacio entero para eventos o estadías privadas de varios días, con tarifas que superan los $250.000.

Pero no solo es estética: el servicio es uno de los puntos más altos. El personal está entrenado para anticiparse a cada detalle, sin invadir nunca el espacio personal del huésped. Todo se adapta: desde la carta del desayuno hasta los tratamientos del spa, diseñado para relajarse en silencio, con terapeutas traídos desde otras sedes Aman en el mundo. También cuentan con un gimnasio boutique, clases de yoga personalizadas y recorridos privados en góndola o lancha por canales menos turísticos.

Entre los espacios más destacados está el restaurante, dirigido por chefs con experiencia en estrellas Michelin. El menú mezcla tradición veneciana con técnicas contemporáneas, siempre con ingredientes locales. Comer en su terraza, con vista al canal y las luces de la ciudad reflejándose en el agua, es parte esencial de la estadía. También se puede cenar en salones privados decorados con tapices antiguos y lámparas de cristal de Murano.

Muchas celebridades han elegido este hotel como su escondite veneciano. George y Amal Clooney lo reservaron para celebrar su boda, y figuras del arte, la moda y la política suelen pasar desapercibidas entre sus muros sin ser fotografiadas ni molestadas. Porque en Aman Venice, la privacidad no es un extra: es una garantía.

En una ciudad donde todo parece detenerse en el tiempo, el Aman Venice logra hacer lo imposible: elevar esa belleza aún más, con un estilo silencioso y reservado que no necesita mostrar de más. Es el tipo de lugar que no grita lujo, pero lo respira en cada rincón.